Robert Jenkins hands a dismissive Prime Minister Robert Walpole his severed ear, as his companions lift off his wig to show the scar; one of Walpole's associates displays total indifference, preferring to converse with a lady. Satirical Cartoon, 1738, British Museum |
.... a day just like today, October 12th 1748, two lines of seven warships gently sailed one against each other off Havana harbour. At one side, you may had seen the Spanish Battle Banner (in white with the royal arms over it), at the other the Royal Navy White Ensing (a red St George's Cross on a white field with the Union Flag in the upper canton). 440 British guns against 436 Spanish guns, men roaring on decks and masts, officers bellowing orders while pointing at the enemy, commanders watching the other side movements with binoculars, servants throwing sand over the decks to prevent slips when the blood begin to spill during the incoming carnage. And, then, a cry: 'Havoc!', and they loosed the ears of war...
For all this mess, the third Anglo-Spanish war fought during the 18th century, started because of an ear cut off. Yes, a nine years long war between the, up to that date, two of the major naval powers of the World... because of an ear. Here you have the story...
It was April 1731 when an innocent and honest British smuggler ship, the Rebecca, commanded by the master seaman Robert Jenkins, sailed silently off the coast of the Spanish colony of Jamaica with the profits of a... well, a profitable travel to the (Spanish) West Indias... where only Spanish merchants were supposed to sail and... er... well, to profit, in fact. So, here we had this honest and innocent British smuggler quietly sliding from the Spanish coast guard when... oh damn it! here it comes a Spanish coast guard, the brig La Isabela, under Julio Leon Fandiño command. The Spanish brig boards the British ship, and being suspect of smuggling -'What? Me? Goodness gracious me! Only having a walk with all this money honestly earned, you see'- the Spanish captain supposedly bounded Jenkins to the mast and then sliced his left ear while saying 'Go tell your King that the same will happen to Him if to the same He dared' Which is quite a long statement to say while cutting such a little thing...
Anyway, let's move seven year to the future, and here you have, poor old one-eared Jenkins, ear in hand, addressing to the House of Commons while handing Prime Minister Robert Walpole the very same ear, little bit roten and stinky, that the evil Julio Leon Fandiño cutt off seven years ago... Members, incensed and horrified, claimed for war... Well, in fact they wanted the war because Spain had just banned British slave trade on America... Jenkins gave them a perfect casus belli. And so the History got the war with the silliest name of them all... The War of the Ears... er no, sorry, I mean, the War of Jenkins' ear.
Nine years after of non so silly deaths and plunders and more ears and legs and arms and heads sliced by swords and guns, Spaniards and British ships were going to have the last major engagement of the War. Spaniards wanted the Tresaure Fleet, docked in Havana, to set sail for Spain safely. British wanted to stop it and, if possible, plunder its ships. 462 men were killed or wounded, and though British got the upper hand (two Spanish ships lost, 470 men captured) they lost the prize as the Treasure Fleet fled during the battle. Two years later British and Spaniards signed the Treaty of Madrid, which left things more or less as they were before the war... but for Jenkins, who never got his ear back. And those several thousand of soldiers and sailors who were killed because of it. Life isn't fair, you know, but at least got sense of humor.
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... un día como hoy, 12 de Octubre de 1748, dos lineas de siete buques de guerra navegaban majestuosamente la una contra la otra en las proximidades del puerto de La Habana. De un lado podríais haber visto la insignia naval española (con las armas reales sobre campo blanco); del otro lado, la Insignia Blanca de la Royal Navy (una cruz de San Jorge roja con la "Union Flag" en el primer cuartel). Cuatrocientos cuarenta cañones británicos contra cuatrocientos treinta y seis españoles, hombres rugiendo en las cubiertas y en los mástiles, oficiales bramando órdenes mientras señalan imperiosos al enemigo, comandantes observando con cautela los movimientos del otro, sirvientes arrojando arena sobre las cubiertas para evitar resbalones cuando la sangre empiece a manar durante la carnicería que se acerca. Y entonces resuena un grito: "¡Destrucción!", y soltaron las orejas de la guerra...
Porque todo este lío, la tercera guerra anglo-española entablada durante el siglo XVIII, comenzó por una oreja cortada. Sí, sí, una guerra de nueve años de duración entre dos de las, hasta la fecha, mayores potencias navales del mundo... por una oreja. Este es su relato.
Es abril de 1731. Un inocente y honesto buque contrabandista británico, el Rebeca, capitaneado por Robert Jenkins, navega silencioso cerca de la costa de la colonia española de Jamaica con los beneficios de un... bueno, beneficioso viaje a las Indias Occidentales españolas... hacia donde sólo los mercantes españoles podían navegar para... eh... vaya, obtener beneficio. Así que aquí tenemos a este honesto e inocente contrabandista británico, deslizándose silenciosamente delante de las narices de la guardia costera española cuando... ¡maldición! aquí viene un buque guardacostas español, el balandro La Isabela, bajo el mando del capitán Julio León Fandiño. El balandro español aborda al barco británico, y sospechando que se trataba de un contrabandista -¿Qué? ¿Yo? ¡Virgen Santísima! Si solo estaba dando un paseíto con todo este dinero honradamente ganado, ¿sabe?- el capitán español presuntamente ata a Jenkins a un mastil y le corta su oreja izquierda mientras le dice "Vé, y dile a tu Rey que lo mismo le ocurriera si a lo mismo se atreviera". Que es una frase muy larga para decirla mientras cortas algo tan pequeño.
En cualquier caso, nos movemos siete años al futuro, y aquí le tenéis, al pobre y viejo Una-Oreja Jenkins, con la oreja en la mano, hablando ante la Cámara de los Comunes mientras le entrega al Primer Ministro Robert Walpole la mismísima oreja -sólo un poquito pasada y olorosa- que el malvado Julio Leon Fandiño le cortara siete años atrás... Los diputados, rabiosos, indignados y horripilados, claman por la guerra... Bueno, el caso es que querían la guerra porque España había prohibido el comercio de esclavos británico con sus colonias. Jenkins les dio el casus belli perfecto. Y así la Historia obtuvo la guerra con el nombre más tonto de todos... La Guerra de la Orejas.... ups, no, perdón, quería decir, la Guerra de la Oreja de Jenkins.
Nueve años después de no tan tontas muertes y saqueos y de más orejas y piernas y brazos y cabezas cortados por espadas y cañones, españoles y británicos iban a librar el último gran enfrentamiento de la guerra. Los españoles querían que la Flota de Indias, atracada en La Habana, saliera para España con seguridad. Los británicos querían echarle mano a los caudales que transportaba. Cuatrocientos sesenta y dos hombres murieron o resultaron heridos, y aunque los británicos obtuvieron una victoria (dos barcos españoles perdidos, 470 hombres capturados), se les escapó el premio, puesto que la Flota de Indias aprovechó la confusión del combate para darse a la vela. Dos años después británicos y españoles firmaron el Tratado de Madrid, que basicamente dejó las cosas como estaban antes de la guerra... excepto para Jenkins, que nunca recuperó su oreja. Y los varios miles de soldados y marineros que murieron por su causa. La vida no es justa. Pero reconoced que al menos si tiene sentido del humor.
Porque todo este lío, la tercera guerra anglo-española entablada durante el siglo XVIII, comenzó por una oreja cortada. Sí, sí, una guerra de nueve años de duración entre dos de las, hasta la fecha, mayores potencias navales del mundo... por una oreja. Este es su relato.
Es abril de 1731. Un inocente y honesto buque contrabandista británico, el Rebeca, capitaneado por Robert Jenkins, navega silencioso cerca de la costa de la colonia española de Jamaica con los beneficios de un... bueno, beneficioso viaje a las Indias Occidentales españolas... hacia donde sólo los mercantes españoles podían navegar para... eh... vaya, obtener beneficio. Así que aquí tenemos a este honesto e inocente contrabandista británico, deslizándose silenciosamente delante de las narices de la guardia costera española cuando... ¡maldición! aquí viene un buque guardacostas español, el balandro La Isabela, bajo el mando del capitán Julio León Fandiño. El balandro español aborda al barco británico, y sospechando que se trataba de un contrabandista -¿Qué? ¿Yo? ¡Virgen Santísima! Si solo estaba dando un paseíto con todo este dinero honradamente ganado, ¿sabe?- el capitán español presuntamente ata a Jenkins a un mastil y le corta su oreja izquierda mientras le dice "Vé, y dile a tu Rey que lo mismo le ocurriera si a lo mismo se atreviera". Que es una frase muy larga para decirla mientras cortas algo tan pequeño.
En cualquier caso, nos movemos siete años al futuro, y aquí le tenéis, al pobre y viejo Una-Oreja Jenkins, con la oreja en la mano, hablando ante la Cámara de los Comunes mientras le entrega al Primer Ministro Robert Walpole la mismísima oreja -sólo un poquito pasada y olorosa- que el malvado Julio Leon Fandiño le cortara siete años atrás... Los diputados, rabiosos, indignados y horripilados, claman por la guerra... Bueno, el caso es que querían la guerra porque España había prohibido el comercio de esclavos británico con sus colonias. Jenkins les dio el casus belli perfecto. Y así la Historia obtuvo la guerra con el nombre más tonto de todos... La Guerra de la Orejas.... ups, no, perdón, quería decir, la Guerra de la Oreja de Jenkins.
Nueve años después de no tan tontas muertes y saqueos y de más orejas y piernas y brazos y cabezas cortados por espadas y cañones, españoles y británicos iban a librar el último gran enfrentamiento de la guerra. Los españoles querían que la Flota de Indias, atracada en La Habana, saliera para España con seguridad. Los británicos querían echarle mano a los caudales que transportaba. Cuatrocientos sesenta y dos hombres murieron o resultaron heridos, y aunque los británicos obtuvieron una victoria (dos barcos españoles perdidos, 470 hombres capturados), se les escapó el premio, puesto que la Flota de Indias aprovechó la confusión del combate para darse a la vela. Dos años después británicos y españoles firmaron el Tratado de Madrid, que basicamente dejó las cosas como estaban antes de la guerra... excepto para Jenkins, que nunca recuperó su oreja. Y los varios miles de soldados y marineros que murieron por su causa. La vida no es justa. Pero reconoced que al menos si tiene sentido del humor.
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To know more / Para saber más...
· Here you have some wikipedia links for the main subjects we've talked about:http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Havana_(1748)
http://en.wikipedia.org/wiki/War_of_Jenkins%27_Ear
http://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Jenkins_(master_mariner)
Como ya te he dicho en muchas ocasiones: ¡fantástico!. Es increible la memoria que tienes para hechos tan concretos y tu gran capacidad para enmarcarlos. Por mucho que yo lo intentara, jamás tendría una visión tan global y a la vez tan completa de la historia.
ResponderEliminarAposté para ganar: ¡una joyita en bruto!
¡Muchas gracias, anónimo amigo o amiga! Espero poder seguir despertando tu interés mientras me sigo "puliendo"...
EliminarHi there! Just to say that I DO love you are also writing it in English so it could reach more people with a different language, a really good point.
ResponderEliminarI really enjoyed reading things like: "-'What? Me? Goodness gracious me! Only having a walk with all this money honestly earned, you see'- the Spanish captain [...]",I like how you write. Thanks for everything!
Thank you, unknown friend... hope you've also learnt some History!
EliminarThat's for sure! Next dream: Battle of Trafalgar! Battle of Trafalgar! Battle of Trafalgar!! :P I really would like to know more about it!!
ResponderEliminarmuy chulo tio, a ver si hablas sobre temas de la sgeunda guerra mundial y de la persecucion judia, que me molaria leerlo en ingles jajajaja un saludo!
ResponderEliminar¿Le has echado un vistazo a la segunda entrada del mes de agosto, titulada "Clio dreamed of... a nightmare"? Trata sobre el inicio de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.
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