Representación de un grupo de Neandertales. Una subespecie del género homo que convivió (y algo más) con nuestra especie durante algo más de sesenta mil años. |
Vamos a hablar de evolución. Si ya ya. Cuando vuestro típico profesor de historia de vuestro típico instituto de secundaria empieza a hablar de evolución es cuando, más o menos, vosotros termináis de escuchar. Empiezan a desfilar nombres extraños y arcanos. Que si Homo erectus. Que si Hombre de Neandertal. Que si Homo sapiens. Que si bípedismo por aquí. Que si pulgar oponible por allá. Que si el cerebro de tal es más grande que el de cuál... Pffffffff. De sobra lo sé. Yo soy ese profesor.
Pero lo que vuestro típico profesor de secundaria en vuestro típico instituto no os va a decir -tal vez porque no le dejan- sobre la evolución es que, sobre todo y ante todo, es una cuestión de sexo. Sexo sostenido y mantenido a lo largo de mucho tiempo. Ingentes, enormes cantidades de sexo, y si es experimental, mejor ¿Veis? ¿A qué la cosa ya pinta distinta? Es meter el sexo de por medio, y uno hasta empieza a ver de otra forma al Homo erectus... El sexo es el motor de la historia.
Otra cosa de la que cada vez estamos más seguros acerca de la evolución, es que es una cuestión de mestizaje. A la evolución no le gustan los pura sangre. No, no, a nuestra amiga Eva le molan más los sangre sucia. Por algo Harry Potter o Hermione Granger son los buenos de la saga y Draco Malfoy y su panda -magos ellos de pura cepa- son los villanos... Sí, queridos amigos, la evolución baila al ritmo que marcan los mestizos.
Una historia aburrida y triste
Dejadme que os recuerde lo que hasta hace poco se enseñaba sobre prehistoria en cualquier instituto. Ya, ya, es la historia que os enseñaron -en algunos casos os la enseñé yo- pero lo entiendo. Lo habéis olvidado tan rápidamente como habéis podido (o sea, diez minutos después de terminar vuestro examen). Y esto es así porque es una historia aburrida y triste. Una historia que podría asemejarse con una pequeña obra de teatro con varios personajes, una especie de "Hamlet" primigenio en el que al final todo el mundo muere. Dejadme que os la presente como el profesional que soy.
Obra en tres actos para seis personajes. "Paleohamlet". Dramatis Personae:
- Erectus, Señor y Señora. Unos tipos cortos de entendederas cuyo principal mérito es haber aprendido a caminar sobre dos piernas pero que tal vez no serían capaces de encontrarse el culo con las dos manos ni usando un mapa. Usan herramientas sencillas y han aprendido a manejar el fuego, pero solo porque el monolito extraterrestre que se lo enseñó se empleó realmente a fondo.
- Neandertal, Señor y Señora. Una pareja muy maja siempre y cuando los veas a la distancia adecuada, que viene a ser el otro extremo de la calle. Peludos ambos dos, corpulentos y fortachones a lo Vin Diesel pero sin necesidad de entrenar. Son perfectamente capaces de encontrarse el culo con las dos manos SIEMPRE que sostengan un mapa en una de ellas. Ups.
- Sapiens, Señor y Señora. Una pareja súper guapa y súper esbelta, de muy buena familia y muy listos ellos, poco peludos excepto por la parte de arriba y algo en las partes de enmedio. Los Brangelina de la Prehistoria.
Argumento. El señor y la señora Erectus están en su casa en África y como empieza a hacer calor y faltar el agua deciden salir de paseo por Asia y Europa y tal. Por el camino, como no tienen tele, tienen niños. A fuerza de tener niños algunos les salen raros. Todavía en África tienen al Señor y la Señora Sapiens, que les acompaña a Asia. En Europa, como hace mas frío, procrean al Señor y Señora Neandertal, que vienen con más pelo de serie. Pronto las tres familias entran en conflicto porque no hay comida suficiente en tooooooodo el mundo para todos. Como, al contrario de lo que os contaron, niños y niñas, el tamaño SI importa, se lleva el gato al agua el que tiene el perolo más grande. El Señor y la Señora Sapiens matan a los señores Erectus, presumiblemente a cabezazos, luego a los señores Neandertal y heredan el mundo, del cual se enseñorean como única especie inteligente hasta el fin de los tiempos.
¿No os disgusta a vosotros también un poco esta historia? Primero porque, no sé a vosotros, a mi lo del tamaño me preocupa. Pero también porque parece que el único resultado posible de la coexistencia de dos inteligencias en un mismo planeta es la guerra. Es como una inevitabilidad mecánica que no deja lugar al diálogo o la cooperación. Además significa que la primera especie cuya extinción fue provocada por el ser humano -la primera de una lista larga- fue otro ser humano.
Rigor, dedicación y honestidad son los requisitos de un buen antropólogo físico. Sus conclusiones están revolucionando nuestra concepción de nuestros orígenes. |
La Gran Orgía
Pero este relato que os acabamos de contar va a tener que cambiar radicalmente. Los nuevos descubrimientos que se han hecho en los últimos dos o tres años hacen que nos alejemos de esta historia de competencia violenta. En vez de hacer una obra dramática shakespiriana, vamos a dejarnos de tonterías y hacemos una porno. Una de esas experimentales de las de cuenta-las-piernas-y-divide-por-dos.
Primero los personajes. Las tres parejas de antes nos siguen valiendo. Vamos a añadir a otro personaje: El Señor y la Señora Denisov. No tenemos ni remota idea de cómo son el señor y la señora Denisov, porque lo único que tenemos de ellos es su secuencia genética sacada de dos muelas y un dedo meñique encontrados en Siberia. Así que van a hacer el papel de enmascarados sexis. El escenario lo vamos a situar en el Próximo Oriente, una región que a veces se llama el Creciente Fértil pero que, a efectos de nuestra representación, llamaremos... la Gran Cama Redonda. Una de esas con dosel y vaporosos cortinajes y vivos colores y cojines chillones. Los cojines van a chillar, ya veréis que sí.
El Señor y la Señora Erectus, que han decidido salir de casa en Africa a pasearse por ahí porque el clima se ha puesto desagradable (es el Último Máximo Glaciar), están disfrutando del panorama y retozando mientras se buscan mutuamente el culo con todas las manos disponibles y moderado éxito. Aparecen en escena el Señor y la Señora Denisov con sus máscaras sexis. Al Señor Erectus le mola la Señora Denisov, y viceversa. A la Señora Erectus le mola el Señor Denisov, y viceversa. En esta situación el tamaño del cerebro importa poco porque, a estos niveles, todos funcionan más o menos igual.
A la fiesta, que se va a volver realmente complicada, se añaden el Señor y Señora Neandertal, que sabemos que andaban por Europa pero que nos maten si sabemos como llegaron allí. Y por supuesto el Señor y la Señora Sapiens se arriman al calorcito y el bullicio de lo que ya es, a todos los efectos, la orgía planetaria más espectacular, interracial e interespecial de toda la historia del cine. La Gran Orgía. Derechos reservados.
Sorprendentemente -o tal vez no- las señoras acaban dando a luz tiernos retoños, cuyos genes muestran bien a las claras que son el resultado de la unión entre señores y señoras de distintos apellidos. Surge una pregunta. ¿No eran Neandertales, los Sapiens y los Erectus especies diferentes? ¿Cómo es posible entonces que tuvieran descendencia común? ¿Y quiénes son estos descendientes de la Gran Orgía?
El Último Máximo Glaciar puede constituir uno de los periodos más calientes de la historia planetaria del ser humano. ¿Qué esperabáis? ¡Que este es un blog apto para menores! |
Hijos de la orgía.
El escenario que los nuevos datos y descubrimientos dibujan es muy distinto del que la historia tradicional nos contaba. La nueva versión convierte a la última Edad de Hielo y sus proximidades en una versión extendida de los años sesenta y el amor libre. Una Edad de Hielo muy caliente. A mí me gusta llamarla la Teoría de la Gran Orgía, pero también le viene al pelo el de "Big Bang" Si queridos lectores, aquí hubo tema. Las cuatro especies de las que antes hablábamos (sapiens, neandertales, denisovanos, erectus) se cruzaron repetidamente. Y sabemos dónde fue y más o menos cuanto duró. Suponemos que lo que llamamos piadosamente "zona de hibridacion" pero que en realidad deberíamos llamar la Gran Cama Redonda fue el Próximo Oriente. Y que el buen rollito se prolongó sus buenos diez mil años. Tirando por los bajos.
Así pues, somos los hijos de la Gran Orgía. Un largo proceso de hibridación a cuatro bandas (puede que más, no sabemos aún lo suficiente) de diez milenios de duración que fue el origen probable de la humanidad actual. Así, por ejemplo, los europeos -allá donde estemos, porque luego salimos a colonizar todo lo que pudimos- llevamos en nuestros genes hasta un 5% de Neandertal. Los asiáticos modernos tienen una mezcla variable de genoma denisovano (en torno al 0,2%), y los polinesios tiene hasta un 5 o 6% de ADN denisovano. Y antes de que alguno alce la voz con la respuesta obvia, ya os digo que somos todos miembros de la misma especie. Aunque no estamos muy seguros de que especie es esa, si está claro que somos nosotros, y bien esta lo que bien acaba, sobre todo si acaba conmigo escribiendo esto y contigo leyéndolo.
Estas nuevas teorías descartan, por cierto, lo de la tesis de la Creación tal y como está formulada ahora mismo. No fuimos cocidos en un horno de una sola vez. Estamos hechos de retales improvisados que hemos ido añadiendo por el camino a lo largo de un larguísimo proceso que ahora parece que fue mucho más complicado, y divertido, de lo que pensábamos. Lo cual es mucho más interesante, claro. Tal vez el nombre adecuado para nuestra especie sea el de Homo frankensteiensis. El Hombre, y la Mujer, de Frankenstein.
A la versión en inglés |
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